Sí, así me siento, oxidada. Hace meses que no me paso por aquí. Supongo que mi nuevo portátil, que me acompaña allá donde vaya, y en el que se encuentra mi preciada carpeta denominada "Diario", me ha ayudado a mantener a raya mis pequeñas (y grandes) crisis personales, sin aburrir y deprimir a los lectores (si es que aún queda alguno).
¿Y qué contar? La rutina es poco ineteresante. Es lo que sucede con los matrimonios y las largas relaciones, la rutina aniquila la pasión. Supongo que es lo que me ha pasado con el blog.
Mi vida está cargada de trivialidades (que ahora reconozco que lo son). El trabajo sigue siendo la actividad de domina cada día, la pereza mi pecado más confesable, el "capitan trueno" mi amor y salvador, y la inseguridad mi debilidad más manifiesta.
Nada cambia en mi mundo, en mi burbuja, pero fuera de ella, la gripe, las guerras, el odio... amenaza con desequilibrarlo todo.
Pero yo, como el hombre de hojalata, no tengo corazón y me he hecho immune ante tanta desgracia. Tal vez deba pasar de nuevo por aquí de vez en cuando y mirar fuera de mi carcasa de metal.
4 comentarios:
las vacaciones siempre vienen bien para revitalizar esas relaciones oxidadas, así q espero q ahora vuelvas con nuevas fuerzas :-)
Y si necesitas un corazón, como el hombre de hojalata, habrá q buscar al mago de Oz,no??
Hola Albuerita,
“Te conocí “ ayer, ayer llegué por alguna razón a tu página y leí tres años de tu vida en apenas un par de horas.
Aunque es largo y difícil explicar el por qué, me gustaría que supieras que me ha hecho mucha ilusión leerte: en realidad, más que ilusión, sentí una conexión especial a pesar de los kms (que en realidad, no son tantos, jeje)
Empezando por signo del zodiaco, tu profesión, las circunstancias en las que afrontaste tu primer año de R1, tu forma de pensar, tus miedos, tus objetivos… 1001 coincidencias … todo esto me hizo identificarme mucho contigo, y bueno, en momentos bajos como este, pues fue como una luz entre tanta oscuridad el ver que no soy la única que se ha sentido así.
No sé si habrá sido una casualidad, pero yo prefiero creer que encontrarte ayer fue una señal, el revulsivo que necesitaba para tirar para adelante confiando en que puede haber algo bueno al otro lado esperándome.
Mis ojos acabaron secos de no pestañear, pero mi alma se empapó de esperanza. Así que gracias por compartir tu vida aquí: de verás, no sabes lo que me ha ayudado leerte.
Espero que todo te vaya genial ;-)
Tu blog parece interesante, lo he encontrado a traves de un enlace con tu antiguo blog
Te esperamos con los brazos abiertos, ya lo sabes.
Besos!
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