Como casi todo el mundo últimamente, también yo me he convertido en una forofa de la repostería. Hace ya más de 3 años que empecé a hacer tartas y aunque disto mucho de ser una excelente repostera, no hay evento familiar en que no me presente con un dulce casero. El problema es que aunque estéticamente suele gustarme el resultado de mis obras, es raro que me guste algo de lo que como. No es que esté malo, sólo que soy demasiado exigente.
Pues bien, hace dos días por fin hice un dulce que cumplió mis expectativas: DONUTS CASEROS. Entre que mi marido es un amante de los donuts y que estas Navidades me regalaron una donutera (o como se llame el cacharro para hacer donuts), llevaba tiempo queriendo hacer una receta de donuts que se pareciera a los auténticos de Panrico. Tras buscar y rebuscar encontré la página de "Cocinando con Goizalde", donde hay una receta de donuts "idénticos a los comprados" y me animé. Después de andar por los herbolarios buscando el famoso cardamomo, este lunes me puse a ello y el resultado fue espectacular.
Siguiendo la receta de Goizalde, un pelín modificada, para los donuts necesité:
- 12 cápsulas de semillas de cardamomo (las coloqué dentro de un paño de cocina y con el rodillo fui machacando la cáscara y de dentro salieron las semillas)
- piel de 1 naranja (siguiendo los consejos de Goizalde, solo la parte naranja, que lo blanco amarga)
- 220 gr de harina
- 80 gr de harina de fuerza
- 1 cucharadita pequeña de sal
- 80 ml de leche
- 40 gr de mantequilla
- 25 gr de levadura fresca (para los ineptos como yo, sabed que lo venden en los supermercados convencionales)
- 30 gr de miel (aunque Goizalde usa azúcar invertido, como yo no sabía que era eso, usé miel)
- 1 huevo
Y para la glasa:
- 2 cucharadas de mantequilla
- 3 cucharadas de agua
- 6-8 cucharadas de azúcar glas
El proceso es sencillo, aunque lleva su tiempo. Como yo no tengo la Thermomix y aún no me he hecho del todo a mi preciosa Kitchen Aid, hice lo que pude con el robot de cocina. Lo primero es triturar el cardamomo y la piel de naranja. Yo los puse junto a la harina en el robot de cocina y no había manera de que la naranja quedase triturada; al final acabé machacándola con el mortero y fue un horror. Para la próxima, lo meteré directamente en la batidora y listo. Una vez que conseguí que la mezcla de la harina, la naranja triturada y el cardamomo estuvieran lo más fino posible, lo puse en la Kithen Aid y lo reservé. En una jarrita puse a calentar la leche, la mantequilla y la miel, unos 40 segundos en el microondas. Removí bien los ingredientes y una vez que estuvo todo integrado, añadí la levadura y después el huevo. Luego lo eché en el tazón de la Kitchen Aid, junto con la mezcla de la harina, naranja y cardamomo y lo puse amasar. Inicialmente usé el mezclador plano a velocidad 2 y cuando estuvo más o menos todo integrado, usé el gancho amasador también a velocidad 2. Al cabo de un minuto aproximado de ver a mi máquina “saltando” hice manualmente una bola con la mezcla, aunque antes le añadí un corrlito de leche, porque me había quedado la masa muy seca. Después la dejé reposar en el tazón 1h 30min, bien tapado con un paño de cocina.
A la hora y media, mi bolita se había duplicado, como se ve en la foto. Transcurrido ese tiempo, aplané la masa con el rodillo y con un cortador redondo pequeño fui haciendo mis minidonuts.
Después, los puse en el horno, previamente precalentado a 50º. Los dejé muy poco tiempo, no más de 10 minutos, porque como los iba a hacer en la donutera no podía dejarlos que subieran mucho de volumen o no me habrían entrado en los huecos. Después de que crecieran lo justo, les hice el agujerito, ayudándome del palo de madera que traía mi donutera y de un tenedor de mango redondo. Tras precalentar la donutera y de rociar la superficie con el spray antiadherente de Wilton, fui poniendo los donuts de 6 en 6, sólo 2 minutos. Después, mientras aún estaban calentitos, con un pincel de cocina fui pintándolos con la glasa y los dejé enfriar sobre una rejilla, como se ve en la foto.
Hacer la glasa es super sencillo. Se derrite la mantequilla, añades el agua y después se va añadiendo el azúcar hasta conseguir una consistencia lo suficientemente densa para que se pueda untar pero que no se escurra demasiado. Como fui demasiado generosa con la glasa, a mitad de hornada me quedé sin ella y como tampoco me queda mantequilla, hice la mezcla solo con agua y azúcar glas, y la verdad es que a la hora de comerlos me gustó más que con mantequilla, pero tendré que volver a probarlo antes de cambiar la receta (la original, la de Goizalde es con mantequilla).
Como ya he dicho, el resultado es espectacular, aunque seguro que si los hubiera frito habrían quedado aún más ricos. La única pega, es que al día siguiente ya se ponen durillos (aunque se pueden comer perfectamente), pero lo mejor es congelar los que no te vayas a comer en el día.
Animo a todo amante de los donuts con un poco de tiempo a que los pruebe, porque están riquísimos.